viernes, 29 de febrero de 2008

Sé un defensor

Una vez establecido el núcleo principal del equipo debemos ampliar la nómina de Defensores. Por razones físicas y económicas. Por un lado nuestro desgaste físico en el campo necesita imperiosamente de reemplazos de calidad que continúen nuestra labor. Por otro, nuestras exiguas arcas depauperadas por meses de defensa están sedientas de nuevos capitales con los que financiar nuestros proyectos.

Una vez sondeado nuestro universo más cercano, fallándonos nuestros contactos más próximos recurrimos a la bolsa de la Federación de Baloncesto. Nadie respondió a nuestro ofrecimiento. Hoy les enviaré un correo para iniciar una leva concienciada de nuevos defensores. Necesitamos un recambio para todos los puestos.

En el plano económico no podemos permitir que nuestros exangües bolsillos den pábulo a una deserción, ni siquiera a un bajón anímico. Cualquier donación o patrocinio será bien recibido pero la determinación de seguir adelante ha de ser inflexible.

Como si de un bando se tratase aquí hay un mensaje y este mensaje es para ti, que eres de los que defiende, que piensas que una ofensiva no garantiza el éxito, que crees que la defensa es algo más que el contra ataque, que un escudo es más estético que una lanza, que prefieres Palafox a Patton, Leónidas a Jerjes, Numancia a Breda. Si eres así, si crees en esto, permíteme llamarte hermano porque entonces eres de los nuestros.

Tienes madera de Defensor.

jueves, 28 de febrero de 2008

El nacimiento

Toda misión epopéyica, toda gesta, necesita de un cronista que la transmita a las siguientes generaciones. En el futuro, cuando alguien rastree los inicios de la gloria de los Defensores volverá su mirada hacia este blog dando gracias al cielo por su creación. Aquí encontrará el testimonio de aquellos hombres que un día hace ya dos meses se conjuraron para sacar adelante un proyecto. Aquel día no existía un nombre ni un himno para gritar al unísono y por el que entrechocar sus viriles manos, pero dentro de todos ellos habitaba el mismo espíritu. Todos sabíamos que allí donde uno caiga habrá otro que se levante, cuando uno sufra el dolor de las agujetas otro ocupará su lugar.

Hoy ya sabemos que aquel espíritu tiene un nombre y pronto un historial donde grabar con letras doradas la estela de su paso. Aquellos pioneros hemos sido afortunados. Somos los encargados de reclutar al resto de Defensores, los precursores encargados de dar forma a la leyenda.

Somos la leyenda.