viernes, 25 de febrero de 2011

Jornada XIV

Defensores acudid a la cita que marca el inicio de la segunda vuelta de la Social y a buen seguro nuestra ascensión a los puestos de cabeza. Frente a Villaroya en Tenerías a las 11:15.
¡RAVUS ET FLAVA!

miércoles, 23 de febrero de 2011

Caídos: Defensores 30 - Paolos 44

Hoy toca hablar de la amarga visita de la derrota que una vez más sobrevuela la casa Defensora. Hablar, sí porque los Defensores son el único equipo socialista al que las derrotas no hacen enmudecer. Y al que por eso todo el mundo teme, y es que ¿cómo derrotar a un equipo que siempre gana la última batalla? Lejos de callar, su locuacidad se dispara en las situaciones adversas transformando así en éxito todo lo que destrozan en la pista. Exorcizando sus fantasmas con la terapéutica literaria. Podrán ganarnos pero no acallarán nuestra justa voz.
El pabellón de Alberto Maestro se convirtió en esta ocasión en nuestro campo de juego y lejos de favorecernos nos perjudicó. Un campo desconocido y unas duchas en cabinas separadas más propias de traidores que tuvieran algo que ocultar que de viriles luchadores que se miran cara a cara mientras se enjabonan. Nuestros adversarios tenían clara ventaja sobre nosotros pues el día anterior habían disputado un partido mientras que nosotros llevábamos días sin jugar y presentábamos una peor forma física. Por si esto fuera poco eran menos con lo cual el movimiento de banquillo era mucho menos complicado que en nuestro caso ya que acudimos nada menos que diez. Aún así salimos al campo dispuestos a desplegar toda nuestra ineficiencia, cosa que conseguimos.
Antes de empezar guardamos un minuto de silencio por el abuelo de un compañero paolista. Un minuto de silencio en el que, solidarizándonos con él, todos sentimos la pérdida de nuestros propios seres queridos, personas que no figuraron en ningún libro de historia ni asistieron a grandes batallas más allá de la lucha cotidiana. Nombres anónimos que cada uno repasamos en silencio, importantes sólo para nosotros y que guardan en su simplicidad la fuerza de sus hechos. A ellos les debemos acaso lo más importante: la existencia, la posibilidad del futuro, la virtual elección de lo que queremos ser. Héroes al fin y al cabo que no nos dejaron más ganancia que un sincero afecto, el lazo de la sangre mantenido vivo por generaciones. En nuestra mano está el agradecer todos sus desvelos que en su día nos permitieron ser niños felices, adolescentes inquietos y hoy hombres con criterio. Ellos nos hicieron como somos, fueron sus sacrificios los que evitaron los nuestros, ellos nos protegieron mientras aprendíamos a volar solos y pusieron en nuestra mano las cartas con las que habríamos de enfrentarnos al camino. Protagonistas casi siempre de escenas triviales que con el tiempo ascendieron a la categoría de recuerdos vitales que tuvimos la fortuna de compartir con ellos. Personas con sus virtudes y defectos, siempre ejemplo para nosotros, modelo al que recurrir en momentos de duda. Paolista o Defensor todos compartimos ese momento porque compartida es nuestra admiración por aquellos que nos precedieron convirtiéndose así en Los Nuestros. Saludos y ánimo de los Defensores a nuestro compañero de Los Paolos.
Comenzado el partido y tras dos años de tiranía Paolista en la Social, creímos llegado el momento de romper cadenas pero nos topamos con nuestro peor día. Dos años bajo el yugo del Paolismo que a punto estuviera de llevar a José Ignacio a los gulags federativos la temporada pasada parecían haber sido suficientes para reforzar la resistencia Defensora e instaurar el nuevo régimen Defensor, pero no fue así. El primer tiempo fue igualado porque ambos equipos nos mostramos bastante fallones, 10 a 10. El segundo sí mejoramos bastante, la primera parte de ese segundo cuarto fue para ellos consiguiendo una diferencia de siete puntos pero la segunda parte fue nuestra enjuagando una diferencia que sólo pudo incrementarse hasta los cuatro puntos gracias a una canasta rival en el último segundo que dejaba el marcador 16 a 20. La reanudación trajo un golpe de mano Defensor que logró el empate a veintitrés en el minto seis, pero los siguientes cuatro minutos fuimos represaliados por el absolutismo paolista. Un parcial de nueve cero incluyendo un fusilamiento con dos triples casi seguidos nos dejó tocados once puntos abajo 23 a 34. Nuestras legítimas aspiraciones de Defensocracia fueron cruelmente segadas. Fue el momento en el que se rompió el partido porque el último cuarto no sirvió sino para mantener y aún aumentar la diferencia hasta el 30 a 44 final. En definitiva y viendo el acta podría decirse que hasta bien entrado el tercer cuarto el partido no acabó de decidirse pero la sensación que tuve fue que no supimos coger las riendas del partido ni desarrollar una idea clara de lo que teníamos que hacer y si conseguimos hacerles frente fue más por coraje que por buen juego, en definitiva la antítesis del partido que siete días antes nos enfrentó a Grupo Dos.
No os preocupéis Defensores, este domingo tenemos una nueva oportunidad para redimirnos y hacer frente a las voces de los perros que quieren acabar con nosotros. Deben saber que los Defensores no abandonarán su puesto y lucharán casa por casa antes de entregar un poder que no reside en ellos sino en el pueblo Social. Como líderes de la revolución Defensora harán frente a todos aquellos que bajo el influjo de las drogas y manipulados por agentes externos quieran acabar con la libertad de nuestra Liga Social. No dimitiremos porque no somos los presidentes de la Liga Socialista, somos sus líderes indiscutibles y si es necesario moriremos como sus mártires.
¡DEFENSORES!

viernes, 18 de febrero de 2011

Jornada Extra

El domingo a las 11:15 el Pabellón Alberto Maestro será testículo de nuestro juego maestro viendo cómo nos enfrentamos a los Paolos. Reeditemos nuestra victoria y alarguemos nuestra permanencia en la zona de los campeones.
¡Adelante Maestros Defensores!

miércoles, 16 de febrero de 2011

El retorno: Grupo Dos 30 - Defensores 47

Juan de Lanuza, José Palafox, Joaquín Costa, Fernando Esteso y ahora los Defensores, santo y seña de una identidad inquebrantable, fieles a unos valores eternos y ciertos, nada les hace apartarse de su camino indeleblemente trazado a fuego en sus consciencias. Cuando la ciudad duerme ellos permanecen en vigilia, cuando los agoreros dudan ellos siguen adelante, cuando les llaman locos su determinación se acrecenta, cuando los derrotados se retiran ellos cavan más honda su trinchera. Nunca darán un paso atrás salvo en el trenecito de la ducha, nunca doblarán el espinazo si no es para recoger una pastilla de jabón. Se les podrá acusar de muchas cosas, casi todas ciertas, pero de lo que nunca podrá acusárseles es de dejar de ser Defensores. Si han de caer que sea a su manera, que su uniforme grisygualda sea su sudario si la derrota les alcanza. Pero eso no va a ocurrir ahora porque inflamados de coraje, justamente ensoberbecidos por un estilo inconfundible y total, los Gloriosos Defensores retoman la senda del triunfo cuando nadie les esperaba al convite, con todo el pescado vendido los Defensores se guardaban un jurel en la manga para llevarse una victoria merecida y trabajada fundamentada en dos principios: la casta y la Defensoridad.
No empezaron las cosas bien en pabellón talismán de Monzarrifar. Grupo Dos se plantaba muy bien en el partido, con diez jugadores basaba su juego en los hombres interiores y en un trepidante ritmo que amenzaba con acabar con nuestro fuelle rápidamente. En efecto, el de Monzarrifar es un campo más largo que una ducha Defensora en el que cansa sólo pensar en llegar a la otra zona. Pero esta vez había más jugadores en el banquillo pues a los ocho iniciales se les sumó Álvarez en la segunda parte lo que permitía que acudiéramos a este partido con la mayor cantidad de efectivos del año. Aún así, como decía no empezaron las cosas bien. Un estudiado juego interior les ponía con un parcial de seis a cero mediado el primer cuarto, algo aturdidos lanzando unos triples irrisorios aunque de bella factura, no encontrábamos nuestro camino y caíamos 8 a 4. Pero lo íbamos a seguir intentando. En la segunda parte todo cambió, afinamos la puntería, subimos un punto el nivel de intensidad y cortamos bastante su juego interior, dos triples del Dux, un dos más uno de Pakhicius y un tres más uno del propio Catapultae enseñoreado de sus predios, nos permitieron sumar rápidamente apoyados en un juego colectivo que mejoraba a ojos vista y nos llevaba a la mitad del encuentro con un 20 a 23. La reanudación supuso un cambio de defensa del rival que pretendía frenar nuestra racha anotadora exterior pero leyendo hábilmente el partido recogieron el protagonismo anotador los hombres interiores que además consiguieron cargar de faltas a los rivales. Una defensa todavía mejor que dejó a Grupo Dos con sólo tres puntos anotados en el cuarto hizo que las diferencias se disparasen hasta los once puntos 23 a 34. Con el contrario descentrado y bastante enfadado con la labor arbitral nosotros perseverábamos en nuestro juego convencidos de que nos daría la victoria final. Y así fue, el último cuarto fue una continuación del tercero en el que además las diferencias fueron acrecentándose hasta los diecisiete puntos del final 30 a 47.
Este partido supuso la confirmación de un estilo de juego y la perseverancia en una idea. Se vieron furilladas, se ejecutaron tiros de la muerte, vimos correr al potrillo loco, se lanzaron entradas buenchas, pero por encima de todo vimos a un equipo creer que haciendo lo que sabe hacer, por poco que ésto sea, alcanzará tarde o temprano la meta que un día se fijó y que nadie sabe cuál es.
Felicitar a nuestros rivales que acabaron muy desquiciados con el árbitro lo que les hizo acreedores de alguna técnica pero que sobretodo les impidió centrarse en recortar unas distancias que seguramente no debieron ser tan grandes. Y también a nuestra concentrada afición que una vez más nos siguió hasta las tierras monzarrifarinas.
Enhorabuena Defensores, habéis cumplido.
¡RAVUS ET FLAVA!

jueves, 10 de febrero de 2011

Jornada XIII

Tras la forzada inactividad debida al aplazamiento del partido contra Los Paolos que cada uno ha solventado como ha podido, los Defensores vuelven a la carga. El sábado a las 19:30 frente a Grupo Dos en el pabellón de San Juan de Monzarrifar, un pabellón donde los nuestros nunca han mordido el polvo y eso que han mordido muchas cosas.
A buen seguro que en el centenario de su muerte, el gran Costa desde la otra "costa" nos ayuda para que nos acostemos con otra costosa victoria que costee nuestra llegada a esa costa dorada que tan costosamente perseguimos. Así pues, ofrezcámosle la victoria a nuestro ilustre predecesor.
Defensores me consta que cuesta, pero con nuestra casta... ¡por Costa aunque cueste!

martes, 1 de febrero de 2011

Agotados de esperar el fin: Maño Hoop 64 - Defensores 60

No pudo ser. Con tan sólo cinco unidades los Defensores rozaron un triunfo épico que se les escapó en los últimos segundos. Aún así, los cinco valientes dieron una muestra de entrega difícil de olvidar, una entrega y un compromiso que les libera de cualquier responsabilidad ante la historia.
Citados a las nueve menos cuarto de la noche los cinco hicieron acto de presencia en el Pompiliano con puntualidad asombrosa. Sobre el parqué se veían fantásticas jugadas, carreras interminables y movimientos ensayados. No es que hubiéramos comenzado a jugar sino que todavía no había acabado el partido anterior que enfrentaba a las juveniles del Mann Filter lo que permitió ver baloncesto de altura esa noche. Cuando por fin comenzó el baloncesto de bajura pasaban ya de las nueve de la noche. El primer cuarto fue una exhibición Defensora, a pesar de no contar con ningún pívot, el acierto exterior nos mantuvo arriba en el marcador. Todas nuestras jugadas fueron de tres puntos, cuatro triples de Catapultae, uno de Pakhicius y un dos más uno de éste último dejaban el marcador 13 a 18. Y eso que en la última jugada una inexistente falta del Capitán permitió un dos más uno que recortó distancias. La reanudación trajo una nueva falta inventada por el árbitro, un calco de la anterior en la que también se vio envuelto Pakhicius y que supuso tres puntos más para el contrario y la tercera falta capitana que condicionaría el juego posterior al no tener recambios. Los Hoopenses cambiaron entonces a una defensa individual, un cambio lógico dado nuestro acierto y la falta de efectivos que pretendía frenar la anotación Defensora y llevarnos al límite físico que no tardaríamos en alcanzar. Sin embargo mantuvimos el tipo e incluso conseguimos aumentar nuestra diferencia a los siete puntos en el descanso 29 a 36. En tercer cuarto las fuerzas comenzaron a flaquear, veinte minutos de presión sobre los mismos hombres, Furillo con la tercera falta cometida y el marcador que se apretaba 42 a 45. El cuarto cuarto acabó por darnos la puntilla. La cuarta falta de Furillo en el minuto dos, el árbitro que permitía contactos claramente sancionables lo que favorecía al equipo que hacía la presión y los rivales que se ponían por primera vez por delante en el marcador cuando restaban tres minutos, cuarenta y ocho a cuarenta y siete. Retomamos la iniciativa cincuenta y tres a cincuenta cuando quedaban dos minutos y medio y ampliamos la diferencia a cuatro puntos cuando sólo un minuto nos separaba del final. Todo parecía decidido a nuestro favor pero en un minuto desperdiciábamos el trabajo de los otros cuarenta. Furillo se iba a la caseta cuando quedaban algo más de treinta segundos quedándonos cuatro, Maño Hoop anota canasta y se pone a dos puntos cuando únicamente quedaban diez segundos. Y entonces al sacar de banda yo mismo cometo la cagada capitana al enseñorarme de mis predios sin comedimiento, pisando la línea y regalando el balón al contrario. La jugada siguiente es el colmo de la inoperancia y se salda con la canasta que ponía el empate en el electrónico. Con cuatro jugadores la prórroga era un calvario para los Defensores que aún así vendieron caro el pellejo manteniéndose sesenta y uno a sesenta cuando no quedaban más que un par de minutos. Nueva canasta rival y en el siguiente contrataque defensor Jorge, que llevaba el balón es objeto de una clarísima falta que el árbitro de nuevo no pita. Las airadas protestas de Jose y del Dux se saldan con una técnica a este último que pone el punto final a las aspiraciones Defensoras y sentencian el partido 64 a 60.
A pesar del fracaso hay que honrar a estos Defensores que con todo en su contra supieron hacer frente a las circunstancias y de no ser por el infortunio a punto estuvieron de llevarse un partido que honradamente merecieron ganar. Loor a los mártires.
¡DEFENSORES!