lunes, 31 de octubre de 2011

Apreturas en la Salle: Maño Hoop 66 - Defensores 69

Muy difícil el partido que tuvieron que levantar los Defensores este sábado ante los muchachos de Maño Hoop. La inferioridad numérica y la superioridad de años se confabularon en contra de los Defensores para apretar un encuentro que tuvieron encarrilado desde la mitad del partido.
Observados por los antiguos alumnos sallistas desde las orlas de los pasillos, los Caballeros Defensores hicieron acto de presencia en número de siete en el pabellón de la Salle Gran Vía. No presentábamos un equipo equilibrado pero la propia idiosincrasia desequilibrada de los Defensores no impedía por ello desarrollar un buen juego. El primer cuarto fue una orgía anotadora por parte de los dos rivales que acabó con un abultado 17 a 15 para los locales. La reanudación supuso un huracán defensor que con un parcial de nueve a cero en tres minutos desniveló el marcador. Los Maños no se rindieron y lograron acercarse, mediado el cuarto, a los seis puntos, pero con el marcador veinte a veintiséis, un nuevo arreón defensor con otro parcial de ocho a cero dejaba las diferencias en los catorce puntos, diferencias que se mantendrían hasta la mitad del encuentro con un marcador de 23 a 37. Tras el descanso parecía que la estrategia era mantener las diferencias y así lo hicimos, incluso las aumentamos a su máximo en el minuto cuatro, llegando a los dieciséis puntos y a los diecisiete en el último minuto de ese cuarto. Todo parecía decidido pero entonces comenzaría una reacción de nuestros rivales que hizo temblar nuestras convicciones. Antes de acabar conseguirían dos canastas dejando el marcador en 37 a 50 con el que nos iríamos al último descanso. Ese intevalo conocería uno de los episodios más intensos de psicología inversa que conoce el mundo del baloncesto. Eduardo, preguntado acerca del resultado del partido en esos momentos nos dijo que ganábamos de diez, cambiando nuestra percepción del encuentro y elevando nuestro estrés deportivo hasta un punto inimaginable para un ser humano corriente, las cosas parecían apretarse más de lo esperado y nuestra resistencia a los hechos debía ser colosal, como un coach de recursos humanos nos había preparado para el éxito. Pero antes de entrar de nuevo en juego nos dijo la verdad, ganábamos de trece. No se sabe si como consecuencia de esta relajación anímica o debido a la presión a todo el campo del rival, conseguimos mediante pérdidas de balón y empanadas varias que nos endosaran un parcial de siete a cero, que sumado a las canastas anteriores hacía un total de once a cero y dejaba la distancia en los seis puntos. Los Defensores hacían gala de una castaña tremebunda pero acrecentaban así su leyenda. Todos los grandes hombres tienen momentos de crisis, George Michael tuvo una debilidad en los baños, el príncipe Carlos quiso ser un tampax, los Defensores atravesaron un mal momento, sí, pero no por ello se dejaron arrastrar al desastre. Viejos Defensores y nuevos Defensores al cincuenta por ciento se confabularon para hacer lo que mejor saben: resistir. Dos tiros libres anotados por Eduardo nos daban algo de aire, aunque los otros dos que fallaba nos lo quitaban. Por si nuestra impericia fuera poco, a nuestros rivales les entraba todo. Un triple y una canasta reducían diferencias hasta los tres puntos recién comenzado el minuto cuatro. Al igual que cuando los franceses enseñaron sus feos coulottes en el Portillo, la cosa parecía perdida, pero al igual que entonces nadie tiró el cachirulo. Nuestros hombres altos consiguieron anotar un parcial de cinco a cero que nos dio un respiro. Un nuevo triple de nuestros rivales intentó acabar con nuestra moral de hierro pero Eduardo volvió a anotar dos tiros libres y yo uno, con mi habitual modestia, para mantener los seis puntos de renta. Un triple y dos canastas frente a una sóla nuestra volvía a apretar las cosas a sesenta y uno sesenta y tres a falta de dos minutos para el final. Una nueva reacción defensora los alejaba hasta los cinco puntos un minuto después, pero en una acción bajo nuestros aros un jugador rival cogió un rebote, Armando lo frenó en falta clara y el árbitro, muy riguroso, lo sancionó con una antideportiva que pudo cambiar el signo del encuentro. Afortunadamente fallaron los dos tiros libres, pero en la posesión que les correspondía por la falta, anotaron un triple que les dio alas. Estaban a dos puntos cuanto quedaban apenas treinta segundos. En la jugada siguiente Pablo sube el balón hasta el campo contrario donde recibe una falta y anota un tiro libre, en la siguiente jugada los rivales no consiguen anotar y Eduardo se hace con el balón que llega de nuevo hasta campo contrario. Acosado por dos rivales le pido a gritos que me pase el balón, él, auténtico mentalista, se da cuenta de que es otra maniobra de diversión propia de la psicología inversa y lanza el esférico en dirección contraria, hacia Armando, que libre de marca machaca figuradamente el aro rival para darnos de nuevo cinco puntos de ventaja. Sin tiempo para más, en la siguiente jugada ellos anotarían la canasta del honor que dejaría las cosas en el 66 a 69 final, un récord de anotación defensora.


Una nueva gesta que fue vista en directo por nuestra afición sin la cual seguramente el triunfo hubiera sido más difícil de lo que ya fue. Una victoria que a estas alturas del campeonato no se explica por la casualidad sino por el trabajo, y por qué no decirlo, por la calidad atesorada por unos personajes que si bien no saben jugar muy allá, sí saben sufrir y ducharse como hombres, ¡los Defensores!


¡RAVUS ET FLAVA!

viernes, 28 de octubre de 2011

Jornada II

El sábado a las 17:30 en el pabellón de la Salle Gran Vía y frente a Maño Hoop los Defensores intentarán seguir con su alucinante racha de victorias. Invitamos a todos nuestros fans a presenciar tamaña gesta.

¡DEFENSORES!

lunes, 24 de octubre de 2011

Buen comienzo: Defensores 55 - Queridísimo Altavoz 39

Vencidos el Real Zaragoza y el CAI, caídos Gadafi y Antoñete, desprestigiado el Fondo Monetario Internacional, los Magníficos Defensores se erigen en referencia mundial de la honestidad y el trabajo bien hecho. Con todas las incorporaciones que hemos sumado al barco Defensor, este domingo teníamos el reto de comenzar a urdir los mimbres de un equipo remozado. Se notó la novedad y aunque los rivales no acabaron de transmitir una sensación de agobio en el marcador las diferencias no fueron definitivas hasta el último cuarto.
Furillo inauguró un primer cuarto que fue una toma de contacto con la temporada como así reflejó el marcador final, un miserable 6 a 7. El segundo nos premitió alcanzar a nuestro rival gracias a unos contrataques que dejaban el marcador en doce a nueve a la mitad de ese periodo. Aunque una buena reacción del equipo rival apretó las cosas a un catorce trece, un par de triples de Catapultae y de Eduardo nos permitieron alejarnos un poco. Lástima que al final del primer tiempo fueran ellos los que acertaran con otro triple volviendo a apretar las cosas con un 25 a 21. En el tercer cuarto las distancias se mantuvieron oscilantes entre los cuatro y siete puntos con 39 a 32 de resultado final. Y en el cuarto definitivo nuestra superioridad en la zona acabó por decantar el encuentro a nuestro favor con unas diferencias que se ampliaron hasta los ocho o diez puntos y que terminaron con el 55 a 39 final.

Lo mejor es sin duda el resultado, que nos coloca terceros en la tabla y nos da algo más de tiempo para ir acoplándonos (deportivamente hablando), a la espera de que Jose se recupere y de que Eduardo sane también las heridas que una hamburguesa gabacha le produjo en la mano.

¡DEFENSORES!