La caída de los dioses: Mediana 60 - Defensores 54

Justificada derrota la que sufrieron los Defensores en su visita a Mediana. Un partido que desde el primer momento se jugó con una alarmante falta de acierto y una desconcertante ausencia de concentración.

El partido comenzó con un apabullante parcial de doce a cero para los locales que afortunadamente pudo enderezarse al final del cuarto al que se llegó con un marcador de 17 a 14. En la reanudación pareció que las cosas mejoraban ya que pudimos endosar al rival un ocho a cero de parcial que nos daba cierta ventaja, pero de nuevo entramos en una crisis de juego que nos dejó en el ecuador con un 33 a 31. El tercer cuarto supuso un empate técnico entre los dos equipos acabando con 43 a 43. En el cuarto cuarto un pobre seis a seis dejaba las cosas igual de empatadas y nos enviaba a la prórroga con la sensación de que las cosas no estaban saliendo nada bien. Y en el desempate Mediana tuvo mucho más acierto y determinación que nosotros, lo cual era fácil, y logró distanciarse a cuatro puntos cuando quedaba apenas minuto y medio, renta que no sólo no disminuyó sino que aumentó hasta los seis de diferencia finales 60 a 54.

Un partido en el que es difícil sacar conclusiones y en el que la falta de duchas creó un vacío imposible de llenar para nosotros. Francamente, no sé si la Federación de Baloncesto debe tomar medidas en el asunto, pero sin ningún género de duda, la Federación de Amigos de las Duchas de la que los Defensores son miembros de honor, debería pronunciarse. Resulta intolerable tal ausencia, que crea en el duchante un sentimiento de indefensión difícil de explicar. Por eso, los Defensores tienen la obligación de salir al paso de las acusaciones vertidas sobre ellos en algún medio afín a los medianenses en los que se les acusa de desvío de fondos y que reproduzco a continuación. Como Capitán de este glorioso equipo es mi deber salir al paso de estos documentos para asegurarles que absolutamente todo es falso. Salvo, eso sí, alguna cosa. Además, cualquiera sabe que el montante que aparece en esos papeles no daría para una fiesta en condiciones, los Defensores se gastarían la mitad sólo en confeti. Por lo tanto, aseguramos no tener nada que ver con las siglas CBDZ y anunciamos medidas legales contra los autores de dichas insidias pues los Defensores no manejan, ni han manejado nunca no ya una contabilidad B, sino una contabilidad de ningún tipo.

Dicho lo cual, reafirmo el orgullo que supone pertencer a este equipo, los Defensores, un equipo que sabe perfectamente dónde “meter” el dinero negro, el único equipo al que la contabilidad A daría más problemas que la B, un equipo que no tendría dinero en Suiza porque se lo gastaría antes de llegar.

Ni blanco ni negro. Gris y amarillo.

¡DEFENSORES!