lunes, 19 de abril de 2010

Más dura será la caída: Triple X 50 - Defensores 44

Todo empezaba mal en el pabellón Río Ebro, a cinco minutos para el inicio del partido sólo cuatro efectivos plantaban cara al destino. Gracias al árbitro y al equipo rival conseguimos un aplazamiento que nos permitiera ir a buscar al único defensor localizado a esas alturas del sábado. Por fin, veinte minutos más tarde daba comienzo el partido. Poco se puede decir de la situación que atraviesan los gloriosos Defensores, el llegar casi a no poder jugar un partido a pesar de contar con doce fichas es una situación que habla por sí sola, aún así, de nuevo, nadie podrá decir que este equipo ha dejado de acudir a un duelo. El encuentro empezó con un Triple X muy enchufado que acertaba todos sus tiros mientras que nosotros fallábamos algunos muy claros lo que no hacia sino empeorar la situación, 6 a 0 en el minuto tres, 10 a 3 en el minuto cinco, 14 a 6 en el ocho. Al final del cuarto 19 a 9. Una diferencia que nos lastraría todo el partido. Como en todos los últimos encuentros en los que nuestro juego interior está desaparecido dependíamos de que nos entraran los tiros lejanos, cosa que iba a suceder en el segundo cuarto. Una gran reacción en los primeros seis minutos incluidos un triple de Pakhicius y otro de Jose nos ponían con una desventaja mínima de 19 a 18 tras un parcial de nueve a cero. Pero el mayor poderío en el juego interior de nuestros rivales arrimaba de nuevo el ascua a su sardina y hacia inútil nuestra reacción. La diferencia sería de cinco puntos al descanso con un 31 a 26. El tercer cuarto volvió a ser Triplista, nuestra inferioridad interior hacía que tuviéramos que recurrir a las faltas para frenar a los rivales que se ponían en el minuto diez con una ventaja de siete puntos tras anotar siete de los diez tiros libres de los que dispusieron. Un 40 - 35 mantenía la diferencia que ya consiguieran en el primer cuarto. En el último, un arranque de casta avalado por una nueva racha de triples (uno de Jose y otro de Catapultae) igualaba el encuentro a 44 cuando restaban escasos tres minutos para el final, pero la respuesta de nuestros contrincantes con tres canastas interiores dejaba el electrónico con el 50 a 44 final.
El guión del partido fue siempre el mismo, Triple X se dedicaba al juego interior y nosotros al exterior, un triple suyo frente a siete nuestros (casi la mitad de nuestra anotación) lo refleja claramente. Pero es que nada más podíamos poner en juego puesto que sólo contábamos dentro de la pintura con la presencia de Peplowski, que afortunadamente volvió a los terrenos de juego después de una ausencia de dos meses, con la lógica falta de forma a pesar de batirse como un jabato como es habitual en él. No obstante su mayor acierto en el primer cuarto que les proporcionó una jugosa renta sería definitivo a la postre y haría infructuosa nuestra reacción.
Hay que volver a agradecer a Triple X y al árbitro su paciencia por esperar a que reuniéramos a cinco personas (al final acabamos siendo siete, Furillo y Jose con evidente riesgo de regurgitar la reciente comida) lo que nos permitió tener la oportunidad de jugar. Reconozcamos a los primeros una fulgurante transformación después de que el año pasado se llevasen el galardón a Gabacho del Año mientras que hay que decir del árbitro que es un personaje cabal, por un lado no lo hace mal, pero es que además es un tipo humilde que antepone los intereses del juego por encima de los suyos. Gracias y enhorabuena a todos.
Los Defensores, por si alguien no lo había notado están atravesando un bache, de hecho están en caída libre, pero incluso en estos momentos de vacilación nos quedan los arrestos necesarios para plantar cara a la adversidad y decir aquello de que entre los muertos siempre habrá una voz que diga que los Defensores no se rinden.
¡Que no nos rendimos, coño!

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