martes, 19 de octubre de 2010

Se lo hicieron encima: Defensores 2 - Craballers 0

Nueva victoria Defensora la que se pudo ver el domingo en Tenerías. Pero a pesar de la victoria nuestro Muro del Honor no se verá alterado por una nueva inscripción que en este caso no haría sino mancillarlo y empequeñecerlo. El domingo los Defensores no ganaron sobre el terreno de juego, sino en el campo más viril aún que es el de la educación. Por ello el resultado de 2 a 0 se queda corto para describir la distancia abismal que separa ambos equipos. Lo cierto es que los "Caganers" quedaron peor que Cagancho en Almagro porque por lo menos aquél fue. Muchas son las explicaciones que podría encontrar para dar respuesta al hecho de que ningún miembro de un equipo, por llamarlo de alguna manera, no aparezca a una cita. Sin duda la impresión de medirse a unas leyendas del baloncesto es la principal razón para que se hicieran caquita y se quedaran metidos en la cama arropados por mamá en lugar de vestirse por los pies y salir a dar la cara. Tal vez prefirieran ir a ver al Cai, archienemigo de los Defensores, o a lo peor hacía demasiado frío para ponerse en pantalones cortos y, temiendo atrofiar sus atenazados culitos se quedaron dentro de sus pijamas de princesas, no lo sabemos. El caso es que todos los equipos de esta liga han sufrido en sus carnes la falta de personal en momentos concretos, los Defensores no han sido una excepción, pero aún en los peores momentos y ante la ausencia de sus compañeros ha habido otros que han acudido a la cita para dar la cara y aguantar el tipo hasta la llegada de sus camaradas, misión para la cual siempre se ha contado con la comprensión del equipo rival, para retrasar la hora de comienzo o incluso postergar la cita. Por eso, el caso de los "Gabachers" es único en la historia de la Social, un equipo del que no sabíamos nada pero del que a partir del domingo lo conocemos todo al retratarse ellos mismos como unos impresentables, porque no se presentaron.
Recuerdo el memorable Sitio de Montcasa donde, hace ya bastantes años, el bueno de Álvarez acudió en auxilio de sus otros cuatro compañeros con un tobillo desguazado sólo para que el partido se pudiera jugar y poder así perder con honor. Es inútil hacer comprender a estos gabachos la importancia de las formas, el respeto al rival o la simple cortesía. Afortunadamente el ejemplo de estos cobardicas es un comportamiento aislado no sólo en el mundo de la Social sino en la ínclita prosapia de nuestra ciudad, que de haber contado entre sus ilustres ciudadanos con la presencia de individuos de este jaez, hubiera escrito su historia con las letras temblorosas del miedito más atroz. La Espantada de Zaragoza, Caquitaugusta, Angustiada de Aragón, Bajeza baturra... serían algunos de los nombres que se asociarían a nuestro solar patrio. Acertadamente si alguien piensa ahora en Zaragoza el nombre de sus Defensores aflora con orgullo y firmeza dejando las cosas en lugar que merecen.
Ignoro el castigo que esta acción puede depararles deportivamente hablando. Según el reglamento FIBA el partido debería constar como perdido por veinte a cero (a pesar de que en otros casos de incomparecencia, ni de lejos equiparables, el resultado fue de dos a cero como he puesto más arriba) y cero puntos en la clasificación. Extradeportivamente el estigma de arrastrase por las pistas de ahora en adelante con el baldón de la cobardía debería ser suficiente para que, en último acto de dignidad, decidieran retirarse de la competición.
La única nota positiva la puso de nuevo Casa Paricio, auténtico Defensor de los vermús y las mañanas de domingo, que tras el forzado partidillo se encargó de quitarnos de la boca ese sabor a canguelo con sus bolitas y salmueras. Defensores, hora es de pasar página y mirar al futuro dejando atrás este innoble episodio plagado de inmundicia, más propio de las cloacas gabachas que de las calles que pavimentan su suelo con la sangre generosamente derramada por nuestros próceres, verdaderos héroes incapaces de rehuir una cita así fuera ésta la de su propia inmolación. Así es la vida, para compensar la ignominia de unos, es nuestra obligación ofrecer el máximo sacrificio y expresión de nobleza consiguiendo así subir la media. El próximo fin de semana a buen seguro que tendremos ocasión de hacerlo, borrando con nuestra presencia y gallarda actuación la de aquellos otros que mal que nos pese reptan por nuestras calles, mancillan con sus temblorosas babas los botellines de Ambar y se acobardan tras los muros que otrora dieron ejemplo de arrojo y valentía.
¡RAVUS ET FLAVA!

1 comentario:

Miguel dijo...

joder como añoraba estas cronicas los aciagos dias de trabajo para que te sacaran una sonrisa

Grande Paco, Grandes defensores y Grande Casa Paricio (Patrocinio ya !!!)