lunes, 14 de diciembre de 2009

Llegó la Décima: Defensores 39 - Triple X 31

“Cuando vimos aparecer la siniestra sombra de aquellos tanques levantando nieve y barro a su paso vi el terror en mis hombres. Sin esperar órdenes Korpinski fue el primero en saltar de la zanja inmunda donde nos acurrucábamos con un calcetín enroscado en su botella de gasolina. Supimos entonces que aquellos monstruos de acero no eran ya sino un amasijo de hierro y tornillos con las horas contadas”
(Mi último día en las Ardenas. Mayor Leon McDermott)
Muy buen partido el que jugamos el domingo ante un equipo que ya conocíamos del año pasado y al que recordábamos con gente muy fuerte bajo los aros, tal vez ese recuerdo junto con la ausencia de nuestro hombre más alto nos hizo plantear el partido evitando esa guerra pero curiosamente creo que fue ahí donde lo ganamos. Como nota curiosa la presencia en las gradas del mayor de los Arcega que como hizo Cargol el año pasado vino a estudiar nuestro juego sin duda enviado por nuestro archirival el Cai. Vergonzoso como siempre no se atrevió a saludarnos y se fue enseguida supongo que dando por hecho nuestra victoria tras un gran primer cuarto en Santa Ana. Pabellón dicho sea de paso que además de un frío siberiano presentaba un suelo resbaladizo tal vez consecuencia de la capa de polvo que cubría todo.
Lo dicho, el primer cuarto empezó como tantos otros, dando una muestra de buen juego y mejor defensa, una auténtica blitzkrieg con la que anotamos desde todas las posiciones, bases aleros y pivots demolieron la resistencia Triplista que sólo pudo anotar cuatro puntos debido también a una intensa defensa por nuestra parte, 12 a 4 fue el marcador final. Destacó sin duda la magistral dirección de Jose que seguiría durante todo el partido y que le permitió defender con intensidad y anticipación pero también anotar con entradas y tiros cercanos en un auténtico recital. En la reanudación siguió el guión al que también a veces nos acostumbramos, una bajada de intensidad que permitió a nuestros contrincantes reagruparse y devolvernos el golpe dejando las cosas en un equilibrado 16 a 14 al descanso. Durante el mismo nuestros contrincantes se dedicaron a mantener una acalorada discusión con el árbitro, al parecer uno de sus jugadores no había sido inscrito en el acta al principio con lo que al salir al campo en el segundo cuarto se produjo la consiguiente interrupción de juego y el aviso por parte de la mesa de que ese jugador no estaba registrado con lo cual no podía jugar. No sé si por ese motivo o por otro la cosa degeneró y el caso es que el tercer cuarto empezó con lanzamientos y posesión para nosotros por una técnica pitada durante el descanso. Con las cosas igualadas emergió con un par de canastas seguidas el gran Chavi que con un arranque de mala leche enseñó a nuestra panzertruppen dónde crecen las cruces de hierro, a partir de ahí las cosas cambiaron, dejamos el tiro exterior y nos centramos en el interior, quince de los siguientes veintiún puntos fueron conseguidos por nuestros hombres interiores: el Chavi, renacido en el mejor momento, Miguel Ángel, siempre providencial en las situaciones clave y Peplowski muy luchador durante todo el partido. Nuestros rivales aguantaron el tipo en el tercer cuarto que acabó con un 24 a 22 pero el último y definitivo supuso nuestra consagración con un parcial de diez cero en los siete primeros minutos que anuló la capacidad de reacción Triplista y nos dejó el camino expedito hacia la victoria. Un triple de la Triple y una canasta seguida pareció acortar la ventaja dejándola en siete puntos pero entrábamos ya en el último minuto con una ventaja inalcanzable de ocho. Fue en ese momento cuando nuestro compañero y en algunos casos hermano Furillo se destapó con la jugada heroica del partido que sin duda veremos en más de un telediario y será pasada una y otra vez en Youtube. Tras un pase creo que de Pepe que recibió en la parte baja de la zona logró lanzar el balón pese a la oposición de varios contrincantes consiguiendo una meritoria canasta y recibiendo una falta que lo situaba en la línea de tiros libres. Cuando se disponía a lanzar con toda la presión del estadio sobre su nuca le lancé la mítica frase en clave: ¡100x100! Una frase que hizo pasar por su cabeza aquellos momentos en los que como Rockys del baloncesto nos entrenábamos en casa con pelotas de tenis lanzadas contra unos aros para bordado de los que pendían redes hechas de mallas para naranjas sujetas a lo alto del mueble de mi habitación con la caja del viejo Scalextric. Todos supimos que su racha de lanzamientos, mejor que la de Calderón en la NBA ya no corría peligro. Botó, pensó, templó y lanzó la pelota que golpeando sabiamente el tablero se introdujo en la canasta. Poco importó que en la siguiente jugada los Triplistas consiguieran un triple desesperado casi desde medio campo, la victoria caía irremediablemente del lado Defensor con un marcador final de 39 a 31.
Un único lunar en nuestra actuación es la abultada y absurda lista de pérdidas de balón que nos obliga a un sobreesfuerzo en ataque, por lo demás me parecieron sobresalientes dos cosas: la primera es que como grupo supimos evolucionar de un partido anterior contra Renegados donde el juego exterior fue la clave a este último donde la falta de acierto en esa faceta migró nuestros puntos hacia la zona, la otra es que individualmente cada uno se adaptó a lo que resultaba mejor para el equipo aplicándose en defensa cuando no le salían las cosas en ataque por ejemplo. Ambas cosas suponen una evolución adaptativa que está resultando clave en nuestra imparable racha de victorias. Además destacar en el apartado de la animación por un lado a nuestra fidelísima afición, presente de nuevo en el gélido Santa Ana y por otra a nosotros mismos por nuestra honda implicación en el devenir del partido animando desde el banquillo a los hombres en cancha, no recuerdo haber visto semejante unión grupal en ningún equipo, nadie vive los momentos tensos y las victorias como nosotros pues nadie se ha forjado como nosotros en el desastre y la derrota.
Desear una pronta recuperación a nuestros pseudolesionados, Ricardo al parecer y según me enteré después del encuentro con dolores en un dedo y José Ignacio con un desgarro muscular. Para acallar la rumorología hay que dejar claro que ambas lesiones NO tienen ninguna conexión entre ellas y se produjeron como consecuencia de lances fortuitos del juego (baloncestístico) no relacionados, además el desgarro se ha producido en una zona fuera de toda sospecha, en la zona pectoral que deja a nuestro pívot como dijo Furillo con sus vastos conocimientos anatómicos con una “alita rota”.
El punto negro lo puso sin duda el extravío del balón de Jorge. Estamos acostumbrados a que nos desaparezca ropa interior, toallas y cualquier objeto que haya entrado en contacto con nuestra piel, auténticos fetiches para nuestros seguidores pero la desaparición de un balón supera lo admisible, dejar a los Defensores sin su herramienta de trabajo atenta contra el desarrollo del baloncesto en este país. Es por eso que hago el siguiente llamamiento: si tú eres quien se ha llevado el balón puedes contactar con nosotros para devolverlo, no se tomarán represalias y a cambio recibirás un obsequio, un calcetín que le apareció a Furillo en su bolsa de deporte y que se ha datado en unos cinco meses, tiempo más que suficiente para que las impregnaciones hormonales de este Defensor sean prácticamente permanentes lo que te asegurará horas y horas de satisfacción. De lo contrario atente a las consecuencias.
Enhorabuena Defensores y… ¡a por la décimoprimera!
¡GRIS Y AMARILLO!

3 comentarios:

exalz dijo...

Enhorabuena por la victoria!!! y por la pedazo de crónica!!

Unknown dijo...

qué qrandes!

defensor13 dijo...

Me meo contigo, brother... excelente crónica para un excelente partido en el que nunca le perdimos la cara al rival, reaccionamos ante situaciones adversas reponiéndonos de garrafales errores de todo tipo para alzarnos enhiestos como penes con la victoria. Subrayaría la unión del equipo, que hizo que nos convirtieramos en un auténtico rodillo, un martillo de herejes que, unas veces con mayor acierto y otras con menor tino, sin embargo no dejó nunca de restallar contra el yunque rival, moldeando el acero desde el rojo vivo hasta forjar la victoria. También me gustaría subrayar todo el trabajo de motivación y mentalización realizado por mi hermano y capitano durante la semana previa al encuentro que nos hizo encararlo con una hipermotivación que nos hizo virtualmente inmunes al fracaso.
ORA ET SEMPER, RAVVS ET FLAVA!