lunes, 15 de diciembre de 2008

La Gran Decepción: Defensores 59 - Turma Salluitana 61

Muchachos, lo del domingo fue como se suele decir un palo muy gordo. Un partido que se planteaba de cara, que supimos llevar con comodidad durante la primera parte se convirtió en un infierno conforme nos invadía la caraja del tercer cuarto. Tiramos por la borda un partido ganado por la comisión de muchos fallos: desconcentración, falta de ideas, excesiva confianza, nula concentración, malas (o nulas) rotaciones de jugadores, pérdidas tontas de balón y muchas más. El caso es que este partido es de los que teníamos que ganar y lo dejamos escapar entre los dedos. No hay excusas, debimos salir desde el principio al cien por cien y no lo hicimos, o no supimos jugar en ventaja o caímos en su trampa o qué sé yo. Creo que lo principal es sacar conclusiones y conjurarnos para que esto no vuelva a pasar, para jugar con intensidad desde el principio y todo el rato, somos gente suficiente como para defender, correr y presionar hasta que nos salga la lengua y llegado el caso pedir el recambio. Hagámoslo.
Hubo cosas positivas, fijémos en ellas, el despertar de nuestros pívots, anotación elevada (aún sin prórroga), puntos repartidos, remontada de tres triples que fueron como un mazazo nada más empezar la prórroga...
Las duchas, momento de solaz e introspección intimista grupal arrojaron un comentario de Ricardo: "sólo jugamos bien con la situación en contra". Algo de razón hay en sus palabras, tal vez no sepamos jugar cuando somos más y mejores, tal vez Palafox hubiera fracasado como general si se le hubiese dado el mando de la Wehrmacht.
Subamos pues el ánimo, recordad que los Defensores que nos dejaron su legado forjaron su triunfo histórico en una derrota, perdamos sí, pero con honor, pues la falta de coraje es lo único que podría llegar a reprochársenos en el futuro. No dejemos que sea así. ¡Luchemos Defensores! ¡Despertemos de esta jodida modorra!
¡Arriba la defensa! ¡Abajo la somnoliencia!

5 comentarios:

binguero dijo...

Camaradas, capitán,

De nuevo enhorabuena por el análisis, no es fácil escribir unas líneas sobre la debacle vivida ayer en Pompiliano, pero nuestro capitán ha demostrado que le sobran "galones" para hacerlo. ¿Qué ocurrió ayer? pues me temo que habrá múltiples explicaciones, pero para mí hay una conclusión que destaca sobre todas las demás: ayer no nos ganaron, ayer nos dieron una lección. Ante todo creo que debemos felicitar a los muchachos de la Turma Salluitana, equipo que ayer se metió en la piel de los Defensores y con todo en contra fue capaz de sacar adelante un partido en el que todos los pronósticos les daban como perdedores. Sin duda una lección de coraje y pundonor que no deberíamos olvidar.

Ayer hubo más sombras que luces en nuestra actuación. En el aspecto positivo, sin duda hay que destacar el papel jugado por los pivots (sobre todo en los dos primeros cuartos), resultaron letales; también coincido en que se repartieron los puntos (¡hasta yo mismo anoté!), algo muy importante para la progresión del equipo. En el aspecto negativo es difícil saber por donde empezar a analizar nuestra actuación; en primer lugar, nuestra falta de ideas es preocupante, en cuanto el guión del encuentro dio un pequeño giro nosotros no supimos actuar. Ayer violamos varias máximas defensoras, en primer lugar no fuimos solidarios; me refiero, claro está, al eterno asunto de los cambios. Ayer varios de nosotros estábamos justos de fuerzas, algunos convalecientes de procesos gripales, y otros reponiéndose de una noche de francachela en casa de Furillo (ay, ese vino...); aún así nadie era capaz de pedir cambio (salvo Jose y Ricardo, ahora no me viene nadie a la cabeza que pidiese ser sustituído). Creo que nos metemos tanto en el juego (lo cual no es negativo) que no queremos que nos cambien, a este respecto recuerdo (y perdón por los reproches) que Furillo se enfadó en una de las ocasiones en que fue sustituído, ése no es el camino. ¿Quién tiene que pedir el cambio, quienes están en el banquillo o quienes están en la cancha? Personalmente no lo tengo muy claro, pero desde el banquillo resulta violento decirle a un compañero que se siente; esto no ocurriría si tuviésemos entrenador. En ese sentido creo que ayer pecamos de egoístas, de querer jugar demasiado; o tal vez esté equivocado y lo que ocurre es que desde el terreno de juego se pierde la perspectiva de todos estos asuntos. Sea como fuere, este tema merece una reflexión y, sobre todo, una solución. Ayer ésta era nuestra principal baza y no la supimos jugar.

En segundo lugar transgredimos los principios defensores perdiendo los nervios en más de una ocasión. Esto es, hasta cierto punto, comprensible, todos somos humanos. Queda ya para los anales de las frases defensoras, la expresión de Furillo al recibir un tremendo balonazo en el estómago: "¿Que ha sido sin querer? ¡Tío te voy a matar!". Pero no podemos repetir momentos de tensión que se vivieron en el banquillo y en la pista, de nuevo aparecieron las broncas y los reproches, alguno de ellos incluso cuando íbamos ganando (me viene a la cabeza un tenso intercambio de pareceres entre Jose y Peplowski sobre cómo acometer el final del segundo cuarto, cuando quedaban 6 segundos y ganábamos de 10), y sobre todo no pueden repetirse acciones como la protagonizada ayer por Peplowski al zancadillear a un rival. Nosotros no jugamos así, de modo que no podemos más que pedir disculpas a nuestros rivales por este tipo de lances, que sin duda alguna deben quedarse en la pista. Los Defensores no juegan poniendo zancadillas, insultando a sus rivales ni amenazándolos, ayer nos superó la situación y no reaccionamos de la manera adecuada, reconocerlo es un primer paso hacia la victoria.

Puede que, como señala Ricardo, lo nuestro sea jugar contra los elementos, yo pienso que ayer, en un alarde de bisoñez propia de un equipo que no lleva ni un año jugando juntos y que no entrena ni un solo día a la semana, pensamos que todo estaba hecho, dejándonos llevar únicamente por nuestra superioridad numérica. Pensamos que jugando a medio gas les ganaríamos, en cambio de ese modo les dimos lo que ellos necesitaban, un partido cómodo, lento, sin presiones, y que se jugaba lejos de los aros. A toro pasado uno se para a pensar en por qué no los fundimos con una defensa individual en cuanto la cosa se puso un poco fea (a partir de la mitad del tercer cuarto), o por qué no intensificamos los marcajes al número 19 (que hizo un partidazo propio de un crack, enhorabuena), o por qué no salimos con más asiduidad a lo triples que ellos lanzaban (este es un defícit crónico, amigos); en cuanto a los cambios, ya hemos hablado suficiente de ellos. En fin, que de nada sirve ahora lamentarse, lo que tenemos que hacer es tomar buena nota de todo cuanto ocurrió ayer y conjurarnos para que no se vuelva a repetir, la Liga es muy larga y nuestro objetivo sigue siendo el mismo, quedar en mitad de la tabla. En cuanto a nuestra afición, de nuevo tenemos que darles las GRACIAS por su apoyo y también por su visión crítica, madrugar los domingos y días de guardar, y dejarse la voz animándonos, les da derecho a eso y a mucho más. Aprovechamos también para dar la bienvenida a la familia Caracolera, que esperamos no se dejase llevar por la mala imagen que ofrecimos ayer y que nos honre de nuevo con su presencia en sucesivos encuentros. Dicho todo esto, os doy personalmente las gracias por leeros este tochazo, pero creo que, como todos los que ayer estuvimos en Pompiliano, necesitaba desahogarme, espero que lo comprendáis. Hermanos defensores, afición, no dejemos que nos invada el pesimismo, el de ayer fue un día triste, pero el cénit de la derrota alcanzado ayer no hace sino augurar tiempos felices de futuras victorias en los que juntos nos desgañitaremos gritando...

¡¡¡DEFENSOREEEEEEEEEEEEEEEEES!!!

defensor13 dijo...

Sin duda no fue mi mejor actuación. En cuanto a que me cabreara cuando se me sacó del campo, pues bueno, uno es español y tiene sangre en las venas... no tengo otra excusa... en cualquier caso también he de decir en mi descargo que en dos ocasiones en las que me fui al banquillo lo hice justo después de realizar dos jugadas nada acertadas... esto produce una sensación de inutilidad y desesperanza al negársele a uno la posibilidad de la enmienda y de una retirada "dulce" (valga la redundancia), digamos que uno necesitaría un periodo de cicatrización de la cagada antes de que lo sacaran del campo, pero bueno, también es cierto que cuando uno no está bien lo mejor es que esté en el campo lo menos posible... En cuanto al balonazo... desde luego fue un episodio cómico, el tió me dió un buen leñazo y yo... me remito a las primeras líneas, en cualquier caso no le guardo rencor, me pareció un tipo majo al final, aunque estoy seguro de que lo hizo a propósito el muy bribón, ja ja ja... pero no soy un tipo rencoroso, si no un defensor... un defensor avergonzado de la imagen que dimos este pasado domingo... sí, desde luego gloria a la "Turma Salluitana", lucharon como jabatos y se fajaron y nos dieron bien por el saco. Justo ganador. Pero claro... quizá no de mucho lustre vencernos, viendo nuestro nivel...
Pero qué coño, lo que toca ahora es asumir las cagadas, limpiarnos los traseros y prepararnos para que la próxima deposición sea en la canasta rival.
Hermanos defensores, perdonad mi lamentable actuación del domingo.
Solo puedo decir que intentaré mejorar a vuestro lado.
Una cosa está clara, creo que en estos momentos somos el peor equipo que conozco, y que a una cosa no nos gana nadie: a perder, pero también os digo una cosa, no podría pertenecer a otro equipo, y no sólo porque no me querrían en ninguno, sino porque el deporte para mí carecería de sentido sino pudiera practicarlo a vuestro lado, al lado de mis camaradas los defensores...
Gracias por ayudarme a crecer como ser humano, a vuestro lado se que nunca mataré a nadie...
DEFENSOREEEEEEEEEEES!

Caracol dijo...

Algún día nos matarás, pero de una chorrada, je, je... Arriba esos ánimos y quién sabe, Raúl González(Real Madrid) dijo que aún quedaba mucha liga...

DEFENDED EL ATAQUEEEE!!!!
ATACAD LA DEFENSAAAAA!!!

Anónimo dijo...

Ejem, ejem,

Supongo que me ocurre lo que a más gente. Ante semejante verborrea del capitán y alguno de los muchachos, no me atrevo a abrir la boca para que no se note que lo mío no son las letras. Vamos, que como se solía decir en los tiempos de estudiante, soy de ciencias.

Pero creo que ha llegado el momento de, como defensora de pro que me considero, luchar contra mí misma y atreverme a decir unas palabras a nuestros aguerridos defensores, de crítica pero también de ánimo.

Y es que el partido del domingo debe ser de una vez por todas un punto de inflexión. Vaya por delante que no tengo ni pajolera idea de baloncesto y, aunque intento aprender un poquillo en cada partido, el tener un ojo en mi prole y otro en la pista me hace ir lenta en mis progresos. Pero creo que no hay que saber mucho para ver que lo que le falta a este equipo es sobre todo eso, ser un equipo. Y es que lo tiene todo, excepto unión dentro de la pista. Considero que no puede ser que duplicando en número al contrario, vuelva a aparecer en la pista una que pese a su nombre no es defensora ni bienvenida: la pájara defensora.

En el partido en concreto, cuando el otro equipo (sin duda vencedor merecidísimo) no podía más en la prórroga, los defensores estabais como aletargados, no os movíais. En mi poco entender, creo que deberíais haber hecho una defensa individual que los agotase aún más. Ni que decir tiene que deberíais haber marcado al 19 en este caso, a la figura de turno en todos los casos. También creo que no vais a por los rebotes. Y es obvio la pérdida de balones, pero esto supongo que siempre puede pasar. Lo anterior lo veo como males crónicos del equipo.

Creo que deberíais intentar quedar para entrenar, aunque fuese por partes si no es posible coincidir todos, o cada 15 días, o como sea posible, pero hacer algo de una vez. No creo que viéndoos únicamente el tiempo del partido vayáis a poder mejorar mucho, visto lo visto. También creo que necesitáis un entrenador/a (algo sutil: Elena sabe bastante del tema) que controle quién es el mejor del otro equipo, los tiempos muertos, los cambios, las faltas y esas cosillas que, como es normal, se os escapan una vez en pista.

No sé si lo parece, pero no es mi intención una crítica destructiva. Creo que simplemente os falta poneros las pilas (alcalinas) de una vez, porque no creo que seáis un mal equipo, sólo que no os metéis en harina. Y eso que los últimos partidos ibais mejorando. Y este último en concreto me gustaría felicitar a los pívots que empiezan a hacerse notar.

En fin, os animo a quedar en una cena defensora. Visto el calendario, como jugáis el sábado, podría ser esa noche, como final al primer trimestre del curso defensor y antes de que comience de nuevo la batalla. Y allí, una vez regadas las gargantas y la moral con buen vino y mejores viandas, os pongáis de nuevo en posición de batalla.

Desde las gradas, la afición siempre será la Defensa de los Defensores.

Capitana consorte

Defensor dijo...

Chicos, chicas, gracias por vuestros análisis en nombre de todos los Defensores. Estoy de acuerdo con todo, no voy a meter más el dedo en la llaga pero si me permitís hay dos cosas que considero de puntualización fundamental. Y las catalogo así porque atentan contra nuestra filosofía de grupo. La primera es el atisbo de mal rollo que surgió tanto con los rivales como entre nosotros mismos y la segunda el tema cambios. En cuanto al tema cambios vengo observando de aquí a un tiempo que el reparto de minutos no es tan equitativo como se desearía al menos en el sentir popular. Se me ocurrió lo de que cada tiempo juegue un “equipo” como fórmula matemática más justa a pesar de ser un poco cuadriculado. En un equipo tradicional jugarían más los mejores pero ya que aquí todos somos iguales todos deberíamos jugar igual. No acierto a dar con la solución, tal vez deberíamos intentar darlo todo físicamente durante tres o cuatro minutos y luego pedir el cambio y así sucesivamente, desfogarnos en esos minutos de tal forma que sea nuestro cuerpo el que pida el cambio. No sé. Por mi parte acepto la propuesta de entrenador.
En cuanto a los malos rollos vaya por delante que considero nuestros lances agresivos culposos y no dolosos, al menos no mucho, pero aún así deberían cortarse de raíz. Y aunque respecto a nuestros piques internos los sé fruto de la tensión del momento a tenor del “ambiente” posterior reinante en las duchas, también pienso que sería bueno nunca mejor dicho concertar una buena “comida” para destensionarnos.
Felicitar por último aunque me escueza a los muchachos de la Turma que supieron jugarnos como a ellos les favorecía. A pesar de ser la derrota que más me ha dolido, en un hipotético reparto de medallas al mejor equipo con el que nos hemos enfrentado serían ellos los nominados. Eran menos, peores y menos agraciados y aún así nos ganaron, qué se le va a hacer, no vamos a ganar siempre y en este caso ellos fueron justísimos ganadores.
Finalmente espero que el análisis certero de la capitana consorte os anime a escribir vuestros análisis, todos necesitamos arroparnos con la literatura defensora. Agustina de Aragón, el Tío Jorge, Palafox o Michael Knight no eran nada sin la legión de personajes anónimos pero no por ello menos importantes que les acompañaban y gracias a los cuales los héroes pudieron serlo. Gracias defensores, gracias afición.
¡Defended a los Defensores!