miércoles, 13 de agosto de 2008

Aquellos maravillosos años (3ª parte)


El Sitio de Montcasa. Cumbre defensora donde nos mostramos como poseídos por una extraña euforia tal vez conocedores de haber escrito a fuego páginas épicas de la historia de los Defensores. Aparece en su debut oficial Ricardo. Ocurrió como dicen los libros el veinticuatro de mayo del año dos mil y ocho. ¡Gloria a los héroes!

2 comentarios:

binguero dijo...

Una de las cosas que más lamento es no haber podido acompañaros en alguna de esas legendarias epopeyas, lamentablemente mis obligaciones laborales hacen que en alguna ocasión me aparte momentáneamente de la disciplina defensora. No obstante mi corazón está con vosotros siempre, incluso cuando no puedo estar a vuestro lado en la cancha.

En el partido que nos ocupa recuerdo que llamé compulsivamente a José Ignacio, que me iba informando de manera puntual y soportaba estoícamente mis nervios y mis impertinentes llamadas. Camaradas, el sitio de Montcasa fue la cumbre de la filosofía y de la grandeza defensora, ahí dejamos claro que este equipo ha nacido para sufrir, pero recordad que sólo con sufrimiento se escribe la historia. Cinco jugadores: dos llegaron in extremis, uno de los cuales jugó con el sudor de partidos anteriores impregnado en su uniforme; no hay centrifugado capaz de borrar el ADN defensor, y un tercer componente de la escuadra lesionado y con una limitación motriz de importancia, y además metimos un triple desde medio campo al finalizar el encuentro que debió haber subido al marcador. Joder, merecimos ganar, aportamos al espectáculo deportivo todo lo que se le exige, en cambio nuestros rivales sólo ofrecieron burdas canastas que quedaran en el olvido, como su victoria. Por eso, ahora y siempre...

¡¡¡DEFENSOREEEEEEEEEEEEEES!!!

defensor13 dijo...

Ja, ja, ja... sin duda Montcasa fue una de las grandes jornadas Defensoras... espero que Chavi ya me haya perdonado, lo cierto es que olvidé lavar los gloriosos uniformes y me dí cuenta en el mismo momento de sacarlos de la bolsa... desprendían un glorioso olor, vive dios, así debían oler las ingles de Hércules cuando terminó sus míticos trabajos... el olor que desprenden los héroes sin duda... y el pobre Chavi cabreadísimos soltándome berridos en medio del partido del tipo ¿Dónde coño has metido esto?... ¡me las vas a pagar!, y cosas de esas que dice el bueno de Chavi, ja ja ja... creo que nuestros oponentes se quedaron un poco perplejos, y no me extrañaría que esa, y nuestra destreza desde luego, fueran una de las razones por las que nosotros, con Alvaro arrastrándo la pierna los mantuvimos a raya una buena parte del encuentro... sí... el sitio de Montcasa... agradezco a dios poder decir que estuve allí...